Hace tiempo que sigo una de esas direcciones de internet donde el cortejo es la base de casi toda conversación. Pero a veces, se conoce gente interesante, se charla con personas divertidas y que puedes agregar a tu lista de compañeros de dialogo. A veces, hasta a la de amigos. Otras, se hace algún exceso y salir a tomar algo, ir al cine o a cenar, con el fin de conocerse mejor.
Todo se complica cuando el café para el que has quedado parece que nunca termina. Estas deseando una llamada, que actúe de detonación y te saque del bar lo antes posible. Son esas cocacolas que te ayudan a darte cuenta de que el fogonazo necesario para una próxima caña no ha hecho acto de presencia. Y es posible que la siguiente parrafada sea incluso hasta refundida.
Hay la opción de la copa, que suele venir acompañada de algo más de magnetismo, y como tal, la teoría suele acabar confirmándose en su cama o la tuya.
Lo malo viene después, porque aparece el estruendo del sentimiento de compromiso, que es común a casi todo encuentro eroticofestivo, y la mecánica del quedabien se instala en las siguientes conversaciones, si las hay.
Como decía la canción ni me escondo ni me atrevo, ni me escapo ni te espero. Llega la andanada de la duda, si habrá más fuegos artificiales. Un arrebato sobre las intenciones.
Y el fusilamiento, en ocasiones, cuando la obsesión y la persecución afloran. Porque si, también hay quien se ofusca y lo único que se consigue es que la ceguera te traslade al otro lado del muro.
La combinación de mi saliva y tu saliva, es decir dejar claro las intenciones de cada uno, son la mejor forma de no dejar herido un corazón, derretido en el colchón.
Porque lo llamamos amor cuando queremos decir sexo? Con amistad pero, al fin y al cabo sexo. Bienaventurad@s follamig@s. A mis treinta y tantos, cada vez me importa menos, lo que piensen.
El problema es que pocos aplican esta medicina alternativa, cuando en realidad es cuestión de amalgama de sensaciones que se convierten en chispa o chispazo.
Fotografías de Cambacán, Juan Maseda
En fin, en cuanto se ponen de por medio sensaciones también entran al trapo los sentimientos. Y es que por mucho que intentemos separarlos somos ambas cosas, sensaciones físicas mezcladas con sentimientos espirituales, por lo tanto lo más posible es que cuando se juega con fuego tarde o temprano te acabas quemando....Mientras tanto, como no podía ser de otra manera, sigámonos quemando...jajjaja, que la vida son tres días y nos pasamos uno durmiendo, otro trabajando y tan sólo nos queda otro para todo lo demás.
ResponderEliminarSaludos.
Como tu dices....para disfrutar de la vida, de la física y la química, es necesario quemarse muchas veces...esta claro que quien no participa...no gana nadaaaa!!! y para que una vida vacía??? Yo espero seguir quemandome...eso si...a ver si puede ser que cada vez me salgan menos apoyas jejeje
ResponderEliminarSe supone que eso es lo bonito del juego ¿no? Jugarlo.
ResponderEliminarPor lo que a mi respecta, paso de jugar. :)
Ojalá fuese tan fácil, no creo que pueda haber una sensación continuada sin un sentimiento unido, o eso o tener varias sensaciones con varias personas a la vez, y desde luego, jugando, jugando acabas perdiendo, pero bueno, depende de la persona si seguir jugando o abandonar.
ResponderEliminarLa utilización de una foto mía (aun mencionando mi nombre entre otros), sin mi autorización es un robo de la propiedad intelectual. Por lo que o la eliminan de inmediato o tendrán que pagar por su uso.
ResponderEliminarPueden ponerse en contacto conmigo a través de mi galería en Panoramio.com.
Jesús Municio
La fotografía ya ha sido eliminada. Mi intención no es robar nada, ya que digo quien es el autor y la foto es publica en alguna web. Pero por supuesto no tengo ninguna intencion de molestar a nadie, todo lo contrario. Disculpas.
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