Qué difícil es escuchar. Porque oír es inevitable. Sonidos, ruidos, palabras, silencios. Pero escuchar, escuchar implica incontables sentimientos. Entrever sensaciones, emociones. Saber valorar cada palabra y adivinar lo que quiere decir. Y lo que no. Deducir su significado. Predecir cuánto importa lo que estamos compartiendo. Intuir los efectos que tendrá. Presumir la conmoción que conlleva.
Poner voz a muchos pensamientos constituye coraje y considerar la posibilidad de compartirlos, se antoja valiente. Puesto que hacerlo entraña un riesgo, sabiendo que no siempre se pueden vaticinar las consecuencias.
Y es que imaginar condescendencia es mucho suponer. No siempre encontramos aprobación a nuestras afirmaciones, ni si quiera ante nosotros mismos. Disfrazar los pensamientos puede llegar a ser cruel, atroz, perverso y doloroso. EscúchaTe. EscúchaMe.
Fotografía de Crissy
No hay comentarios:
Publicar un comentario