Igual que si de un cordón umbilical se tratase, intento cortar desesperadamente los hilos que siguen uniendo mi vida a la suya. Yo lo procuro, pero todo lo demás parece estar en complot. Como si existiese una causa, quizás con su respectivo efecto, que no deja que eso ocurra.
Estoy cansada de coletazos, innecesarios para el hecho de que dejemos de formar parte de la vida del otro. Quiero deshacerme de esas cadenas. Y aún así, no lo consigo. Será una treta del destino? Algún tipo de artimaña?
No lo se. Pero hay días que me molesta.
Fotografía de Pablo Briones
Poco a poco...
ResponderEliminarBesicos