Hay cosas que no me gustan, otras que no me parecen bien y algunas incluso me molestan. No tengo nada claro por qué. Pero así es.
Estos días estoy algo irritada. Cuando no estoy de acuerdo con algo, no suelo llevarlo bien. No es que me enfade, discuta y grite hasta quedarme afónica, pero me enerva un poco. Y ahora mismo estoy en ese momento de disgusto.
Lo peor, es que a pesar de que estoy convencida de la lógica de mi fastidio, la verdad es que me sofoca la sensación de que un capricho sea el culpable de mi malestar.
Fotografía de Xelo Bertomeu
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