Mi deseo

Llevo una temporada que estoy especialmente mimosa y romántica. Supongo que los restos de una ruptura cercana son los culpables de tanta nostalgia de ilusión, de esperanza y deseo.

Quizás debería ser al contrario, y mis expectativas, tras haberse visto truncadas, estar mucho más reducidas.

Y aunque si bien es cierto que empezar de nuevo da mucha pereza, mi apetito de vivir, lo bueno y lo malo de una relación, sigue intacto.

Sigo con un hambre voraz de de compartir la ducha, comprar para dos, dormir con un pie rozando su pie, … noches que no acaban, ternura, ganas de reír sin poder parar, miradas, … todo lo que queda por hablar..

Tal vez no haya perdido la esperanza en el amor. Porque la verdad es que, a mis treinta y tantos, sigo teniendo ganas de encontrar a alguien que quede bien en mi sofá. En mi vida.

Fotografía de Cambacan