Se acerca el invierno, y con él el frío. Es tiempo de desear calor. El sofá se hace grande y vacío en esta época del año. La cama un témpano de hielo.
La soledad es íntima amiga de esta estación y hacen grandes planes para disfrutar de ello.
Mientras yo busco la manta con la que cubrirme, la casa se vuelve un congelador y se hace imprescindible encontrar como caldear el ambiente.
A falta de alguien que quede bien en mi sofá y mejor en mi vida, dándome el calor que necesito, es momento de sacar del armario las sábanas de felpa y encender el radiador.
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