Este fin de semana ha traido a mi memoria imagenes y recuerdos que debía tener archivados en alguna carpeta oculta de mi cerebro. Que ni siquiera el explorador de búsqueda sabía que existian. Las sensaciones evocadas se apelotonaron en mi cabeza durante horas. Es evidente que treinta y tantos da para muchas. Pero yo creía que la mayoría de esas huellas habían sido ya borradas por nuevas pisadas. Estos días me he puesto nostálgica y aún así, me alegro de que no hubiesen desaparecido.
En ocasiones las experiencias que compartimos se quedan en la retina, en la memoria, en el recuerdo, para siempre. Como fotos guardadas en un álbum, que de vez en cuando ojeamos. Pero otras, esas pisadas son borradas, como las hace desaparecer el mar en la arena dejando la orilla preparada para un nuevo rastro.
En cualquier caso, con o sin marcas, la historia sigue, sin que nada ni nadie sea imprescindible. Mientras continuemos con el viaje, el tiempo y la costumbre irán enseñándonos a vivir sin aquello que un día creímos indispensable para ser felices. Las pisadas de antaño dejarán hueco a nuevas impresiones, que posiblemente vuelvan a falsear esa sensación de irremplazable.
Pero si la paciencia es nuestra compañera y la memoria nuestra aliada, continuaremos el camino impregnándonos de nuevas huellas.
Fotografía de SEMEYES
Lo malo es eso, que son fotografías que pueden resultar hasta extrañas, por eso hay que posar bien en las fotos...:)
ResponderEliminarBesicos