El fin del mundo se aproxima, dicen los mayas…pues a mí que me haga el favor de pasar de largo.
La vida ya es corta, como para vivirla con neurosis por el final. Los temores son inevitables y nos acompañan día a día.
Recelos en las decisiones, espanto a efrentarnos a determinadas situaciones, pavor a escoger el camino inadecuado, cobardía hacia respuestas que no queremos oir... Ni comentar el pánico a la muerte.
Y encima ahora quieren también que tengamos desasosiego por el final de los días...
No hombre nooo!!! Me niego.
A mis Treinta y Tantos, aún tengo muchos sueños por cazar, muchas metas que alcanzar e ilusiones que incubar, pues no he tenido tiempo a disfrutar de ello, mientras estaba preocupada por esos miedos.
En este punto en que la experiencia empieza a ser un grado y no un lastre, mi canguelo se ha convertido en valentía y la desconfianza en anhelo, no estoy dispuesta a dejar que ni los mayas ni nadie me quite la esperanza.
Hay gente que carece de esa chispa de la vida que generan los deseos. Yo estoy salvada, no es mi caso.
La vida ya es corta, como para vivirla con neurosis por el final. Los temores son inevitables y nos acompañan día a día.
Recelos en las decisiones, espanto a efrentarnos a determinadas situaciones, pavor a escoger el camino inadecuado, cobardía hacia respuestas que no queremos oir... Ni comentar el pánico a la muerte.
Y encima ahora quieren también que tengamos desasosiego por el final de los días...
No hombre nooo!!! Me niego.
A mis Treinta y Tantos, aún tengo muchos sueños por cazar, muchas metas que alcanzar e ilusiones que incubar, pues no he tenido tiempo a disfrutar de ello, mientras estaba preocupada por esos miedos.
En este punto en que la experiencia empieza a ser un grado y no un lastre, mi canguelo se ha convertido en valentía y la desconfianza en anhelo, no estoy dispuesta a dejar que ni los mayas ni nadie me quite la esperanza.
Hay gente que carece de esa chispa de la vida que generan los deseos. Yo estoy salvada, no es mi caso.
Al menos el mundo no ha terminado. En teoría, según los mayas, se producía un cambio de ciclo.
ResponderEliminar¿Habrá llegado la hora de dicho cambio? ¿Seremos nosotros capaces de cambiar?
¡Un beso!